HACE MAS DE 20 AÑOS
Hace dos décadas fui testigo de la llamada "innovación comercial" que sucedió en Colombia con todo tipo de accesorios; ropa, tenis y calzado, eso si me los disfrute uno a uno. Esto no era recurrente que se viera acá, una cultura colombiana un poco incrédula y desconfiada de su propia riqueza, llevándola a una sociedad de consumo. En cuanto al champú y todo tipo de tratamientos para el cabello, no fue la excepción, y la estrategia fue ofrecer practicidad a la hora del hábito de lavarse el pelo ofreciendo así un champú dos en uno. Pero ¿que hay detrás de esta estrategia mercaderista?.
Como me he caracterizado por imprimirle pasión a las cosas que hago, en especial a aquellas que tienen que ver con el mundo cosmético, de inmediato caí en este circulo vicioso y poco a poco me empece a dar cuenta de las consecuencias de ello, la caída de mi cabello se volvió inevitable y observando el pelo de mis clientes me estrelle con esta estrategia de mercado tan novedosa de esta marca de champú, que solo genera problemas que derivan del consumo masivo de estos productos, para supuesta mente cubrir las necesidades insatisfechas de las personas, vendiendo así más productos. Debido a mi experiencia, fui observando que estos productos opacaban el cabello, generaban grasa en el cuero cabelludo y deterioraban las fibras capilares, esto me hizo reflexionar para buscar una solución.
En medio de mi investigación llegue a una hipótesis y fue que esto se debía al estrés y a todo tipo de afecciones que podían presentarse en nuestro organismo. Es hora de salirnos de este circulo vicioso de consumo en que la sociedad nos envuelve y mirar a nuestro alrededor sabiendo utilizar los nutrientes de flores, plantas y frutas, que por cierto tenemos al alcance de nuestra mano.
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